La energía es necesaria para hacer funcionar casi todo en el mundo, pero la forma en que se presenta varía. Puede ser energía eléctrica, cinética, solar o eólica, entre otras formas. Esta energía se utiliza en los procesos industriales.
Las operaciones industriales requieren energía para empezar, ya que no pueden evitar la necesidad de poner en marcha la producción. Antes de la revolución industrial, las pequeñas empresas utilizaban la fuerza de los animales, el viento y las corrientes de agua como fuentes de energía renovables.
- Uso de energías no renovables
En el pasado, las energías no renovables desempeñaban un papel importante en las operaciones industriales. Aunque ya no es tan crucial para la generación de energía, los altos hornos y el transporte siguen beneficiándose mucho de ella.
Entre las fuentes de energía no renovables en uso está el petróleo, del que se obtienen, mediante un proceso de refinado, el combustible para máquinas, la gasolina y el gasóleo. Uno de los combustibles más antiguos es el carbón, que se quema en las centrales eléctricas de carbón para crear vapor a alta temperatura mediante combustión.
- La energía como motor de producción
La energía eléctrica, que se obtiene principalmente de la termoelectricidad (aire caliente a alta presión) y la hidroelectricidad (agua a alta presión), se convirtió en un recurso energético esencial para las actividades industriales tras la revolución industrial.
Entre las fuentes de energía renovables figuran la hidroelectricidad y la termoelectricidad. La energía eléctrica se transforma para producir otras formas de energía, como la mecánica, la térmica o la luminosa, y este proceso da lugar a la producción de trabajo.
La alteración que está transformando el sector
La industria energética siempre está aportando nuevas ideas, y estos avances están cambiando drásticamente la forma en que las empresas gestionan su producción. En primer lugar, por su eficiencia y versatilidad, la electricidad se ha convertido en la principal fuente de energía en muchas operaciones industriales. Al permitir una mayor automatización de los procesos y reducir las emisiones de carbono, la revolución de la electrificación está aumentando la productividad y disminuyendo los costes de explotación.
Además, al reducir la dependencia de los combustibles fósiles, el creciente uso de fuentes de energía renovables como la solar y la eólica está fomentando la sostenibilidad en el sector. La creciente asequibilidad y accesibilidad de estas fuentes de energía sostenibles está incentivando a las empresas a invertir en sistemas internos de generación de energía y reducir sus emisiones de carbono.